lunes, 23 de febrero de 2015

El Yin y el Yang


En el origen de esta disciplina está el concepto del equilibrio dinámico y cíclico entre el Yin y el Yang.

Es bastante conocido ese símbolo de un círculo que parece una pecera en la que están apretados dos pececillos, uno negro con un ojo blanco y otro blanco con un ojo negro. Ambos son el Yin y el Yang y su representación indica un dinámico tránsito del uno al otro, desde un inicio, en el que uno de ellos va ocupando espacio poco a poco, quitándoselo al otro, hasta su plenitud. El “ojo” del color opuesto indica que dentro de cada uno de ellos está el germen del opuesto. Este cambio de uno en otro es cíclico y en su representación no influye cual esté arriba o abajo. Este es el concepto del Tao, o imagen del universo.



El TAI JI es la relación, en equilibrio dinámico, cíclica y continua entre el YIN y el YANG
                           




El Yin y el Yang muestran los polos opuestos de la energía entendida como Qi, que engloba también la materia. El Yin hace referencia a lo pasivo, lo frío, lo oscuro, femenino, húmedo, silencioso…, mientras que el Yang se refiere a lo activo, lo cálido, lo luminoso, masculino, seco, bullicioso,… Nada es totalmente Yin o totalmente Yang, todo está formado por parte de ambos.

Una pared que tiene su cara enfrentada al sol, en ese lado será yang, sin embargo su parte trasera, en sombra, será yin, pero sigue siendo la misma pared. Igualmente un edificio frente a un espacio muy activo tiene en ese frente su lado Yang, pero su parte trasera, más tranquila, es su lado yin.

Una persona en su actividad y vida social se muestra de modo Yang, pero en sus emociones y sentimientos interiores encierra su lado Yin.

El día es Yang, la noche es Yin, pero un bar de copas por la noche sigue siendo Yang y un rincón de tranquilidad durante el día será Yin.

El invierno es más Yin que el verano. El hombre fuerte y vigoroso es mas Yin que la mujer sensible y delicada, pero una señora con carácter será más Yang que su esposo si este es apocado y servicial.

Esta visión cíclica y dinámica de los opuestos inicia un proceso de relación entre ambos que se esquematiza mediante Yaos o líneas. El Qi yin se representa mediante una línea de doble trazo y el Qi Yang mediante línea de un solo trazo. Si se combinan aparecen cuatro posibles relaciones, desde la más Yin a la más Yang. Son relaciones del Cielo (Yao superior) y la Tierra (Yao inferior).



El YIN es lo oscuro y pasivo, frio y receptivo, es femenino. Lo representa el YAO (trazo) discontinuo


El YANG es lo luminosos y activo, cálido y expansivo, es masculino. Lo representa el YAO continuo

El Qi es la energía que se genera en el proceso cíclico de transformación del Yang al Yin y viceversa


Pero lo que interesa es como afectan al hombre esos Qi del Cielo y de la Tierra. Por ello, aparece un tercer Yao, en medio de los otros dos, que representa a ese Qi del Hombre. Ese conjunto de tres Yaos se denomina Trigrama y hay tantos Trigramas como formas de combinar esos dos Yaos (Yin y Yang) en grupos de tres. El total resulta ser de ocho trigramas, desde el más Yang (todos los Yaos Yang), hasta el más Yin (todos los Yaos Yin).
Siguiendo con el lenguaje metafórico, estos trigramas se ordenan numéricamente y se relacionan con los diferentes miembros de una familia, entendida según esa tradición China. El padre  es el más Yang y la madre el mas Yin, el resto se identifica según la posición que ocupa el Yao que indica el sexo del trigrama, es decir, si el Yao Yin (femenino) está más abajo y los otros son Yang, se trata de la hija mayor, puesto que el orden va de abajo hacia arriba. Si ese Yao está en medio será la hija mediana y si está arriba, es la hija pequeña. Con el Yao Yang (masculino) pasa lo mismo. Si está abajo es el hijo mayor, si está en medio se trata del mediano y si está arriba es el pequeño.

Hay que entender que la hija mayor era en realidad la esposa del hijo mayor, que en la antigüedad pasaba a formar parte de la casa de su marido y servía en ella. El hijo mayor asumía toda la responsabilidad del trabajo, los hijos medianos colaboraban, pero también se divertían, descargados de esa responsabilidad, y los hijos pequeños debían dedicarse a estudiar.


Esta relación familiar también expresa las diferentes facetas de actividad, carácter y capacidad de cada trigrama. Además, la posición hace referencia al lugar del cuerpo que indican y sus órganos (zona inferior, media o superior). Todo ello se desarrollará más adelante en el análisis y descripción de los diferentes trigramas.




lunes, 16 de febrero de 2015

La Escuela de la Brújula




Antiguamente se percibió el cambio cíclico de los acontecimientos y sus efectos. La escuela de la Brújula está basada en esos ciclos en los que las energías se repiten.

Tras la prolongada observación, se determinó que periódicamente había un determinado tipo de energía que era más poderosa que las demás. En conclusión de ese paciente estudio se establecieron tres ciclos de 60 años, divididos en tres periodos de veinte años cada uno de ellos, en los que un determinado tipo de energía reinaba sobre las demás. Esa energía y las que le acompañan en cada ciclo, son energías que se encargan de ayudar al Hombre. Las otras se encuentran en estado de espera y no tienen esa obligación de ayuda, por lo que actúan según su naturaleza y en función de cómo sean las formas con las que se encuentran o como se relacionen con las otras energías con las que tengan que convivir.

Las energías que forman esos nueve ciclos se enumeran del uno al nueve. Esos números, de nuevo signos y metáforas, contienen la información de las características de los nueve tipos de energías que afectan a las personas y que se denominan Estrellas. Actualmente, desde el año 2004 y hasta principios de Febrero el año 2024, estamos bajo la influencia de la energía correspondiente al periodo ocho, en el último ciclo, o ciclo bajo, que está formado por los tres periodos de las energías correspondientes a los números  siete, ocho y nueve. Tras este último ciclo empezará de nuevo el ciclo alto, correspondiente a los periodos de las energías uno, dos y tres. 


Hay tres ciclos (alto, medio y bajo) con tres periodos en cada unos de ellos, que se corresponden con las nueve estrellas (agrupadas cada tres).

CICLO ALTO: PERIODO 1 (1864 a 1883); PERIODO 2 (1884 a 1903); PERIODO 3 (1904 a 1923)

CICLO MEDIO: PERIODO 4 (1924 a 1943); PERIODO 5 (1944 a 1963); PERIODO 6 (1964 a 1983)

CICLO BAJO: PERIODO 7 (1984 a 2003); PERIODO 8 (2004 a 2023); PERIODO 9 (2024 a 2043)

En cada periodo reina una estrella y las otras dos del ciclo la ayudan a gobernar. Son las estrellas VIGENTES. La estrella reinante siempre se porta bien y canaliza el Qi. Manda sobre las demás y las impone el buen comportamiento. Las ayudantes también se portan de forma favorable.


Pero para profundizar más sobre este asunto, en los próximos artículos realizaré una introducción en algunos conceptos de la metafísica China.

domingo, 8 de febrero de 2015

LA ESCUELA DE LAS FORMAS


Mediante las observaciones directas del entorno y sus efectos se desarrolló la denominada escuela de las Formas, que se basa en el posicionamiento de los elementos respecto a la persona o construcción.

Utilizando el lenguaje metafórico del Feng Shui, la ubicación ideal de una construcción es aquella que se dispone con una Tortuga negra al norte,  en su espalda; un Dragón verde al este, a su derecha; un Tigre blanco al oeste, a su izquierda y el Ave Fénix rojo al sur, en el frente.

Esta disposición idílica, vinculada a los cuatro puntos cardinales, hace referencia a las necesidades de cobijo y protección de los asentamientos en el medio natural. Los colores no son elegidos caprichosamente, sino que se relacionan con los tipos de Qi que más adelante se explicarán. También se relaciona con los ciclos de la naturaleza (invierno-primavera-verano-otoño).

Igualmente los animales presentan las características que se les atribuía en su mitología: La tortuga lenta y densa es lo que protege nuestra espalda. El tigre protege el lado derecho, que es más femenino (desde la referencia de los hombres como centro tradicional del estudio) el lado izquierdo es el más masculino y se identifica con el dragón protector. El frente es un espacio abierto donde vuela el Ave Fénix con libertad.





Algunos estudiosos pretenden identificar estos animales con la geografía de la actual China (Norte: sistemas montañosos; Sur: planicies que llegan al mar; Este: pequeñas lomas verdes, protectoras de los invasores del mar; Oeste: montañas nevadas, protectoras de los invasores del continente) Sin embargo esta idea no es muy fiable, puesto que China, en la época en la que se desarrollaron estas primeras escuelas, no tenía esos límites tan extensos ni su delimitación llegaba a esos accidentes geográficos.

Lo importante de esta forma básica de entender el Feng Shui y que siempre se debe considerar, es la distribución de los elementos que forman el entorno del edificio.

La parte trasera del edificio tiene que estar protegida y asentada por un elemento fuerte y denso. Ese elemento podrá ser natural (una montaña) o artificial (un edificio sólido). También puede ser la parte trasera del propio edificio. Debe ser un elemento opaco y de poca actividad. A esto se le llama el asiento del edificio y es importante que esté claro y fácilmente identificable. Debe ser ligeramente superior al propio edificio, pero si es demasiado grande puede acabar aplastándolo.

El tigre y el dragón son protecciones laterales que también son convenientes, pueden ser elementos naturales (montículos, árboles,…) o construcciones vecinas, siempre de igual o menor tamaño que el propio edificio. Conviene que se adelanten un poco a su frente para proteger también el espacio de acceso. El frente, representado en el Ave Fénix, debe estar libre de obstáculos, ser un espacio abierto y sereno, con actividad suave, en el que reposará la energía antes de entrar al edificio. Por eso debe ser un espacio muy cuidado y agradable, protegido por los animales laterales. Es el lugar por donde recibimos la prosperidad. Por eso no debe haber obstáculos delante del acceso al edificio que impidan que esa energía entre en él (farolas, árboles,…).
En el acceso de algunos edificios nobles se produce la configuración descrita. En ellos se suele singularizar el Ave Fénix, que suele estar definido por fuentes, obeliscos, o elementos singulares que atraen la atención de ese espacio.


 Acceso al Palacio de Versalles     










Fachada del Palacio Pitti hacia los jardines













La Ciudad de San Sebastián (Donostia), en la provincia de Guipúzcoa, al norte de España, tiene una configuración de formas que ejemplifica el esquema descrito. Los edificios se asientan en torno a una bahía, al pie de las montañas que descienden de la sierra de los Montes Vascos, que es su tortuga. En el lado derecho está el monte Urgull y en el izquierdo, más alto, el monte Igueldo. La bahía se abre con la forma de una concha, hacia el mar Cantábrico, pero en medio se encuentra la isla de Santa Clara, que es el Ave Fénix de la Ciudad.

Bahía de La Concha, San Sebastián (Donostia) Guipúzcoa










 
Bahía de La Concha, San Sebastián (Donostia) Guipúzcoa











Una imagen que facilita su comprensión es la de una persona sentada en una butaca, con un respaldo sólido, ligeramente elevado sobre su cabeza, los apoyabrazos laterales para proteger y descansar los propios brazos y el frente libre para ver y poder estirar las piernas sin obstáculos.


                                  
Además de esa disposición de formas, representadas por esos animales mitológicos,  se deben observar las otras formas que rodean y acompañan al edificio.

Las formas suaves y sinuosas de caminos, calles o ríos que se dirigen hacia el edificio, acompañan la energía de forma amable y la vuelcan favorablemente sobre él. Las formas rectas y angulosas, los caminos rectos, los elementos que apuntan hacia él de forma amenazante, aceleran la energía volviéndola agresiva. Esta energía se denomina Sha Qi (demonio) y es destructiva, por lo que se debe evitar. Si no es evitable, se deben disponer elementos que la suavicen o desvíen antes de que afecte al edificio.

Las pendientes que van hacia el edificio atraen hacia él la fortuna, pero si son muy pronunciadas pueden arrasarlo. Las pendientes que descienden del edificio pueden llevarse su fortuna, sobre todo si son muy pronunciadas. Es fácil entender esto si recordamos que el edificio y sus huertos estaban influidos por las escorrentías del agua de lluvia.

Siguiendo con la imagen agrícola, un asentamiento situado en el meandro de un río debe estar donde se acumula la tierra y no en el lugar opuesto, que es de donde se la lleva.

Todas estas imágenes se pueden transpolar a un asentamiento urbano, en el que las calles son como los ríos, los cruces son lugares de encuentros de esos ríos y en ellos las energías se potencian, sobre todo en las rotondas.  

En los siguientes esquemas se observa como las casitas verdes están situadas en un lugar favorable y las casitas rojas lo están en una posición desfavorable.




El estudio de las formas es bastante evidente para un Arquitecto, puesto que, aunque no sepa de Feng Shui, procura que sus edificios estén protegidos de los elementos dañinos y orientados hacia espacios abiertos y amables, donde haya una actividad más agradable.

Cuando el Arquitecto tiene que actuar en un lugar, se encuentra con muy diversas situaciones. Hay veces que el solar es amplio y no hay interferencia de edificios próximos. En ese caso la naturaleza indica donde se sitúan esos “animales mitológicos”. En esas circunstancias hay más libertad de actuar para controlar y optimizar la influencia del entorno sobre el edificio.


Villa Saboya, Francia, (Le Corbusier)      














     
Casa de la cascada, Pensilvania, (F. Lloyd Wright)
















Pero en muchas ocasiones nos encontramos limitados por alineaciones preestablecidas, límites forzados por edificios vecinos y condiciones de entorno general no demasiado favorables. En ese caso debemos profundizar en el análisis de las formas para procurar soluciones que eviten la influencia de las malas energías y procuren la mayor armonía con ese entorno.


Calle en Cartagena   















                                          
Calle en Venecia















Pero el cuidado de estas formas, si bien es necesario, por si solo no garantiza que el edificio tenga un buen tipo de Qi. Para ello es necesario conocer la orientación de ese frente y analizarlo según el momento (el año) en el que se produce la conexión del Qi del Cielo con el de Qi la Tierra mediante el esfuerzo y la voluntad del Hombre. Ese momento determina el Bagua o mapa de Estrellas, cuyo análisis se desarrolla en la denominada escuela de la Brújula.

domingo, 1 de febrero de 2015

Las escuelas de Feng Shui

Voy a iniciar una serie de artículos tomados parcialmente del libro Feng Shui para Arquitectos y Diseñadores de Espacios, con los que me gustaría introducir algunos conceptos básicos de la Metafísica China. A partir de esos conceptos iré desarrollando otros artículos para el conocimiento del Feng Shui y para la lectura de rostros.


Antes de ello empezaré por situar el origen de todo ello en estos primeros artículos introductorios. Hoy comienzo hablando de las diferentes escuelas iniciales de Feng Shui. 



El Feng Shui es una ciencia empírica, basada en el análisis de miles de años de observación de las reacciones, más o menos complejas, de causas y efectos, de la relación del Hombre con su entorno. Durante ese largo periodo de análisis se produjo, además,  un proceso de profundización intelectual hasta llegar a lo que ahora se entiende por tal ciencia.

Dada la extensión geográfica del lugar del que proviene, el imperio Chino, que ya entonces tenía una gran dimensión, la observación de los efectos se produjo de formas diferentes en función de la geografía y de sus accidentes.


En las zonas montañosas seguidas de valles que eran cruzados por ríos, se hicieron observaciones que tenían relación con esos elementos, que se utilizaban para la ubicación de las construcciones, situándolas según los efectos de las crecidas de los ríos, la protección de las montañas de los vientos fríos del norte, etc… Sin embargo, en las zonas menos accidentadas y sin referentes geográficos importantes, los cielos más limpios permitieron el desarrollo de la observación de los planetas y estrellas, alcanzando el conocimiento de sus ciclos y su influencia sobre la tierra y las personas. Ambas escuelas confluyeron en la ciencia actual. Ambas proceden de la observación de un concepto fundamental de la Metafísica China: el proceso cíclico de los cambios en la naturaleza, en el cielo y en la vida del Hombre y lo que le rodea.



Escuela de las formas













Mediante las observaciones directas del entorno y sus efectos se desarrolló la denominada escuela de las Formas, que se basa en el posicionamiento de los elementos respecto a la persona o construcción.





Escuela de la brújula

Antiguamente se percibió el cambio cíclico de los acontecimientos y sus efectos. La escuela de la Brújula está basada en esos ciclos en los que las energías se repiten.