Hay cinco tipos de energías o 5 ELEMENTOS:
Fuego: Expansivo, radiante, se extiende hacia afuera, caliente, fama
y emoción
Tierra: Centrípeto, acumula, reune, representa,
conserva
Metal: Espiral hacia el interior, enfoca y dirige hacia un objetivo,
concentración, éxito profesional
Agua: Fluir descendiendo, liberal, sabio, amor, éxito académico,
romance
Madera: Crece hacia arriba con esfuerzo, siempre avanzando, ambición
Estos cinco elementos se
relacionan entre sí en un ciclo en el que cada uno de ellos, según el orden en
el que se han descrito, crea y alimenta al siguiente, se llama el ciclo
creador. Por tanto, si invertimos el ciclo, cada elemento debilita y consume a
su predecesor, según ese orden.
Además se produce una relación de
control entre esos elementos, puesto que cada uno de ellos controla a otro. El
Fuego controla al Metal (en la metáfora se puede pensar que lo funde), el Metal
controla a la Madera,(como si la cortara), la Madera controla a la Tierra (sujetándola
entre sus raíces).
Igualmente la tierra controla al
Agua (conteniéndola en un pozo) y el Agua controla al Fuego (apagándolo).
Ciclo creador: cada energía crea la siguiente y la alimenta:
Ciclo debilitador: Cada energía se genera y alimenta de la anterior,
debilitándola:
Ciclo de control: Cada energía controla a otra con su propio esfuerzo:
Estas maneras de relacionarse son
las que indican la fortaleza o debilidad de cada tipo de energía en un lugar y su estado de ánimo. Si una energía está alimentada se siente
contenta y valerosa, si está debilitada, se siente apocada. Si la energía está controlada se siente
molesta y coaccionada, por lo que, en cuanto puede, muestra su rabia. Pero si
es la que controla se muestra déspota y tirana, aunque cansada e irritada por tener que mantener el control.
Según estos estados se entenderá
la validez de esas energías y sus
efectos sobre los lugares en los que se encuentren y sus moradores.
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